El verano trae consigo esos meses tan esperados de bebidas frescas en el una terraza, picnics y tardes de ocio. Pero, a medida que suben las temperaturas, también aumenta el riesgo de deshidratación. Eso significa que es aún más importante recordar algunos consejos de hidratación. Y es que la hidratación no consiste sólo en beber suficiente agua. Los líquidos pueden obtenerse de muchas fuentes, y no consumir los suficientes puede provocar graves complicaciones de salud.
Los adultos mayores corren un riesgo especial de deshidratación. Un estudio realizado en el Reino Unido sobre adultos mayores en residencias descubrió que el 46% tenía deshidratación inminente o actual, diagnosticada mediante análisis de sangre.
Consejos de hidratación: Por qué los adultos mayores están en riesgo
La deshidratación ocurre cuando no bebe suficiente agua. Cuando el contenido de agua de su cuerpo es demasiado bajo, causa daño rápidamente. La deshidratación es especialmente frecuente en los días calurosos o después de un ejercicio vigoroso. Es fácil recuperarse de la deshidratación leve o moderada, pero la deshidratación severa requiere atención médica inmediata.
Los riesgos de deshidratación para personas mayores incluyen:
Diarrea y vómitos: especialmente diarrea y vómitos que aparecen repentinamente y son persistentes. Además de perder líquidos, los electrolitos y minerales de su cuerpo se agotan rápidamente, lo que empeora los síntomas de deshidratación.
Fiebre: en general, las fiebres altas conducen rápidamente a la deshidratación. Cuanto más alta sea la fiebre, más rápido se deshidratará.
Sudoración excesiva: si no repone los líquidos perdidos al sudar, puede deshidratarse. No espere para reemplazar los líquidos al final de un entrenamiento o una actividad extenuante. En su lugar, beba un poco de agua todo el tiempo para evitar una deshidratación grave.
Aumento de la micción: la diabetes que aún no se diagnostica o controla con la dieta o la medicación puede provocar que se orine más y se agote el suministro de agua.
Algunos adultos mayores que luchan contra la incontinencia evitan a propósito los líquidos por posibles accidentes. Esto aumenta el riesgo de deshidratación.
Consejos de hidratación: Los signos de la deshidratación severa
Cuando intentes detectar los síntomas de deshidratación en los adultos mayores, recuerda que la sed no es un indicador temprano. Busca algunos signos tempranos y sutiles como dolor de cabeza, sequedad de boca, calambres musculares, estreñimiento o somnolencia.
Cuando se producen signos de deshidratación grave, es importante saber cómo rehidratarse rápidamente. Otros signos de deshidratación son:
Síntomas de deshidratación que afectan a las personas mayores
Sensación de sed. Tu cuerpo tiene una defensa natural contra la deshidratación: la sensación de sed. Si bien existen pautas que indican cuánta agua debemos beber cada día, por lo general bebes para saciar tu sed.
Tu cuerpo te permite saber cuánta agua necesitas dándote la sensación de necesitar beber algo. A medida que envejeces, la señal de sed de su cuerpo disminuye. Cuando tu cuerpo necesita agua, es posible que ni siquiera te des cuenta porque no sientes sed como antes.
Función del cuerpo. Es posible que tus riñones no funcionen con la misma eficacia con la edad, lo que provocará un desequilibrio de líquidos en tu cuerpo. Dado que tu cuerpo tiene menos composición de agua a medida que envejeces, te deshidratas mucho más rápido que cuando eras más joven.
Medicamentos. Los diuréticos son especialmente propensos a causar deshidratación. Si tomas una combinación de varios medicamentos, ten en cuenta las interacciones que pueden provocar deshidratación.
Deterioro cognitivo. Si padeces demencia o Alzheimer, corres un mayor riesgo de deshidratación porque es posible que no recuerdes beber cuando lo necesites. Incluso si tu cuerpo envía señales de sed, la disminución de la capacidad cognitiva puede significar que su cerebro no comprende las señales o puede que las pierda por completo.
Prevenir la deshidratación
Beber agua. La mejor forma de prevenir la deshidratación es beber mucha agua. Ten en cuenta que beber refrescos y café puede aumentar los efectos de la deshidratación en las personas mayores, empeorando su condición. Trate de consumir agua, leche o zumos.
Establecer recordatorios. Si no tienes sed con mucha frecuencia, configura recordatorios en tu teléfono o usa un temporizador. Asegúrate de beber una cierta cantidad de agua cada vez que suene tu recordatorio. Si bebes agua constantemente durante el día, puedes prevenir fácilmente la deshidratación.
Una vez que establezcas el hábito de beber más agua, será más fácil de mantener. Ten en cuenta que debes beber más de lo habitual si haces actividad física o si hace mucho calor afuera.
Considera tu dieta. Muchas frutas y verduras tienen un alto contenido de agua y contribuyen a mantenerse hidratado. Si te resulta difícil beber más agua, intenta incorporar más frutas y verduras en tu dieta
"Mejora" tu agua. Si te aburres de beber agua "sola" todo el día, intenta infundirle fruta. Agrega limón, lima o naranja al agua para que sepa mejor. También puedes agregar hierbas como menta o albahaca si prefieres un sabor más fuerte que el que proporciona la fruta.
Habla con tu doctor. Si has probado estos consejos y aún experimentas deshidratación, habla con tu médico. Un profesional de la salud puede hacerte preguntas sobre tu dieta, hábitos y medicamentos para determinar la causa de la deshidratación.