Las características del vecindario afectan a personas de todas las edades, pero los adultos mayores pueden verse más afectados que otros grupos. Las personas mayores típicamente experimentan niveles más altos de exposición a las condiciones del vecindario, a menudo habiendo pasado décadas en sus comunidades. Tienen más vulnerabilidades físicas y mentales en comparación con los adultos jóvenes, y es más probable que dependan de los recursos de la comunidad como fuente de apoyo social.
Un creciente número de investigaciones muestra que vivir en barrios desfavorecidos, caracterizados por una alta pobreza, está asociado con lazos sociales débiles, problemas de acceso a la atención de salud y otros servicios, reducción de la actividad física, problemas de salud, limitaciones de movilidad y mucho estrés.
Además, estas comunidades son poco seguras, no se puede caminar y carecen de buen transporte público y otros recursos. El hecho de que las personas puedan estar viviendo en estos vecindarios durante décadas es preocupante, ya que el impacto de las malas condiciones se acumula con el tiempo y conduce a problemas de salud crónicos. Aunque el "envejecimiento en el lugar" suele tener connotaciones positivas, como la capacidad de mantener la propia red social en un entorno familiar y una opción menos costosa que las residencias, en determinados casos puede ser también problemático.
¿Cómo puede tu vecindario afectar tu salud física?
La movilidad es extremadamente importante para todos, pero en particular para los adultos mayores. A medida que las personas envejecen, pueden dejar de trabajar y los espacios en los que se mueven se reducen. Es cuando tu vecindario inmediato realmente comienza a importar. Si no se camina con regularidad, esto afecta negativamente la salud. En consecuencia, cuestiones como tener las aceras en buen estado y libres de vandalismo se convierten en la clave para animar a los residentes de edad avanzada a permanecer activos.
¿Cómo puede tu vecindario afectar tu salud mental?
Los adultos mayores a menudo carecen de las conexiones sociales que los adultos jóvenes tienen a través de su trabajo y sus familias. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres mayores, que tienen más probabilidades de sobrevivir a sus cónyuges y vivir solas. Es crucial para los adultos mayores tener maneras de conectarse con otros adultos mayores en sus vecindarios.
Vivir en barrios con malas condiciones también puede derivar en el estrés crónico de vivir durante años en un entorno que, por ejemplo, está deteriorado y es inseguro. Vivir en un vecindario así consume la salud de una persona con el paso del tiempo.
Entonces ¿qué hace que un barrio sea age-friendly?
Las personas mayores deben estar a salvo no sólo de la amenaza de la delincuencia o la violencia, sino también de la amenaza de la velocidad del tráfico, la contaminación del aire o del agua, las aceras inseguras o inexistentes y la falta de acceso a alimentos sanos o a la atención sanitaria.
Los barrios tienen rasgos buenos y malos, que no sólo pueden afectar la felicidad, sino también la salud y el bienestar, por lo que uno habitable para los adultos mayores tendría:
Diversas opciones de vivienda que satisfacen las necesidades de todos, sin importar sus habilidades o finanzas. Estas casas tendrían un diseño universal que puede acomodar a los individuos a medida que sus necesidades cambian.
Transporte público que está disponible, accesible sin importar la discapacidad y viaja a los lugares que un adulto mayor necesita, como consultorio médico, hospital, supermercado, oficina de correos, tiendas, salón de belleza/barbería y otras áreas necesarias.
Diseño de carreteras y aceras, así como el control de la velocidad del tráfico para la seguridad de los peatones. La movilidad no se debilitaría para aquellos que eligen caminar o tener acceso al transporte.
Desarrollo cercano, incluyendo puntos de venta al por menor, supermercados, salud y entretenimiento.
La Organización Mundial de la Salud define una comunidad "amiga de la edad" como aquella que optimiza las oportunidades de salud, participación y seguridad a medida que las personas envejecen, y adapta sus estructuras y servicios para que sean accesibles e inclusivos para las personas mayores con necesidades y capacidades diferentes.
Una comunidad amigable con la tercera edad debe, por lo tanto, apoyar las 5 tareas de desarrollo psicosocial importantes para el envejecimiento. Continuidad, compensación, conexión, contribución y desafío.