<p>En esta imagen se ve a un abuelo observando -y admirando- a su nieta. Ese abuelo es mi padre, y esa nieta mi hija. Pero podrían ser cualquier abuelo y cualquier nieta del mundo, dialogando simplemente con sus miradas, que expresan amor, cariño, ternura y tantos otros sentimientos positivos, limpios, sólo presentes en su estado puro en la niñez y en la vejez.</p>