Las personas mayores se muestran especialmente sensibles a las condiciones climáticas de un territorio. Valoran la posibilidad de realizar actividades al aire libre durante todo el año, sin tener que sufrir excesos térmicos, pluviométricos o de viento. De ahí que, en España, con esta premisa, pueda realizarse una clasificación regional de condiciones climáticas más o menos favorables para el disfrute de las personas mayores. Sin olvidar que el clima terrestre se encuentra inmerso en un proceso de calentamiento térmico y que los recursos climáticos actuales van a experimentar alteraciones, tanto en su manifestaciones regulares como extremas, con efectos en la economía y las propias pautas de comportamiento social.
El clima puede entenderse como el ambiente permanente que disfruta un ser vivo en un espacio geográfico. Para los seres humanos es, asimismo, el conjunto de situaciones atmosféricas percibidas y vividas a lo largo de un período de tiempo prolongado y que responden a causas diversas en función de la propia ubicación geográfica de un grupo social. Desde el punto de vista de la percepción humana, habría tantos climas como maneras de entender las sensaciones que generan los elementos atmosféricos (temperaturas, precipitaciones, presión, viento, humedad, etc.). De ahí la necesidad de establecer criterios y umbrales para caracterizar las distintas variedades climáticas que se dan sobre la superficie terrestre. Hablamos de climas fríos o cálidos, climas lluviosos o secos, como división fundamental de los tipos climáticos; y dentro de ellos, en virtud de los rangos numéricos que adquieren las temperaturas o las precipitaciones, se establecen divisiones más detalladas.
Y a ello se une la aceptación o querencia de unos rasgos climáticos frente a otros por parte del ser humano que los considera más idóneos para sus necesidades vitales o su propia constitución fisiológica. De este modo, el clima se convierte en factor de atracción o repulsión para el ser humano en la búsqueda de un estado de bienestar o confort dentro del medio donde se desarrolla la vida.
El clima es un factor de atracción o repulsión para el ser humano en la búsqueda de un estado de bienestar o confort
Los rasgos que presenta el clima en un territorio son, pues, un elemento importante en la decisión de implantación de actividades económicas o de vivienda de carácter permanente y de desplazamientos temporales con fines económicos, turístico- residenciales y sanitarios. La existencia de un clima con unos rasgos confortables en sus elementos básicos (temperaturas, humedad, vientos, presión y precipitaciones) explica la atracción que se produce en unos espacios geográficos frente a otros que carecen de dicho confort. Hay, por tanto, climas más apetecibles que otros a la hora de establecer residencia o buscar un retiro temporal.
El cuerpo humano puede funcionar correctamente en un umbral térmico entre 15 y 25 º C, a partir de estos valores se necesita un aporte externo de calor o frío cuya intensidad dependerá de la propia fisiología de cada individuo. Si bien, a estos rangos térmicos se unen dos factores básicos para la sensación de confort, la humedad y el viento, cuya combinación con la temperatura origina valores de sensación térmica real en los seres vivos.
Se puede afirmar que hay un clima confortable según la propia naturaleza de los seres humanos. Las personas mayores, por sus propias necesidades fisiológicas, demandan para su confort vital una serie de requisitos en materia climática y son, además, especialmente sensibles a los cambios en las condiciones atmosféricas diarias de un lugar. La tabla adjunta resume los condicionantes climáticos y atmosféricos de la atracción en el colectivo de población mayor
Las personas mayores, por sus propias necesidades fisiológicas, demandan para su confort vital una serie de requisitos en materia climática y son, además, especialmente sensibles a los cambios en las condiciones atmosféricas diarias de un lugar
Tabla 1.-Rangos y criterios de confort climático y atmosférico para las personas mayores
Elaboración propia
Para las personas mayores el clima, como factor de atracción, está en el origen de los siguientes comportamientos sociales:
-Desplazamientos con fines turísticos
-Búsqueda de lugares idóneos para el establecimiento de residencia, permanente o estacional.
-Prácticas de turismo de salud
-Turismo de sol y baños, en relación con áreas litorales con aguas cálidas
-Estancias en áreas de montaña, en la búsqueda de condiciones térmicas frescas en épocas cálidas.
Otro aspecto a destacar es el diferente atractivo que presentan los rasgos climáticos según la época del año; esto es especialmente sensible en las personas mayores que, como se ha señalado, no toleran bien los cambios bruscos en las condiciones climáticas de un lugar y, cuando es posible, buscan áreas de mayor confort. En España, es posible establecer la siguiente clasificación de atracción climática estacional idónea para las personas mayores en los grandes conjuntos climáticos (vid. figura 1). En el área del Cantábrico y Pirineos, se encuentran rasgos de confort climático en verano; en las tierras del interior peninsular, en primavera; en la depresión del Guadalquivir, en otoño; en el litoral mediterráneo, en invierno; y en el archipiélago canario, debido a su singularidad climática, prácticamente todo el año disfruta de condiciones de confort para las personas mayores.
Figura 1.-Atracción climática estacional idónea para las personas mayores. Elaboración propia.
El proceso actual de cambio climático ha dejado de ser una cuestión de creencias para devenir en un tema de evidencias científicas y va a conllevar efectos regionales distintos según la región climática afectada. En España, se estima un impacto importante en las actividades económicas y en las pautas sociales
Y a las condiciones climáticas actuales, debe sumarse a efectos de planificación de actividades y servicios para la sociedad, los cambios que nos deparará el calentamiento global en las próximas décadas. Este es un fenómeno global, con implicaciones importantes en nuestro país al tratarse de un área de contacto entre grandes ámbitos climáticos planetarios (subtropical y templado). En efecto, el proceso actual de cambio climático ha dejado de ser una cuestión de creencias para devenir en un tema de evidencias, de evidencias científicas. Es un proceso avalado por los datos científicos, cada vez con mayor contundencia y que va a tener efectos regionales distintos según la región climática afectada. En España, se estima un impacto importante en las actividades económicas y en las pautas sociales (Figura 2).
Figura 2.-Relación entre cambio climático y actividades económicas en España. Elaboración propia.
A grandes rasgos, el cambio climático por efecto invernadero de causa antrópica que vivimos en la actualidad va a suponer un incremento térmico aunque con matices regionales y estacionales, como se muestra en la Tabla 2. A ello debe sumarse las variaciones en la cuantía y estacionalidad de las precipitaciones, y la mayor calidez de las aguas del mar en algunos sectores marítimos de nuestro país, especialmente en el Mediterráneo, lo que alterará las áreas y la estacionalidad del confort climático y, por tanto, los rasgos de atracción de los territorios en relación con sus condiciones atmosféricas.
Tabla 2.-Cambios en la atracción climática por el cambio climático en España.
Elaboración propia.
Y a ello se unirá la mayor frecuencia de aparición de eventos atmosféricos extremos (calor, frío, viento) que debe obligar, dentro de las medidas de adaptación a llevar a cabo por las administraciones, a adecuar los servicios sanitarios y de protección civil (avisos) a fin de minimizar sus efectos, especialmente en el grupo de población mayor en el sur de Europa. Este aspecto ha sido señalado por el informe “Peseta”, del Join Research Center del a Comisión Europea, que ha incluido, en la última versión (4ª edición) una proyección del impacto en el estado de bienestar de los países de la Unión Europea con horizonte 2100 para incrementos de temperatura media proyectados a 1,5º, 2 y 3º C a finales de siglo. Resulta señalado destacar que por vez primera se incluye proyección de subida térmica de hasta 3º C, umbral superior (2ºC) al establecido en el Acuerdo de París de 2014. (Feyen et al., 2020) (Figura 3 ).
La mayor frecuencia de aparición de eventos atmosféricos extremos (calor, frío, viento) debe obligar, dentro de las medidas de adaptación a llevar a cabo por las administraciones, a adecuar los servicios sanitarios y de protección civil
Figura 3.-Cambios en el bienestar de las regiones europeas, en porcentajes del PIB, para excenarios de subida de temperatura de 3º C (horizonte 2100).
Fuente: JRC PESETA IV Project (Feyen et al. 2020).
Anexo.-Atracción climática en el área de frontera entre Portugal y Castilla-León.
El área de frontera entre Portugal y Castilla-León tiene un clima de interior marcado por unos rasgos térmicos continentalizados, de fríos invierno y veranos calurosos pero no tórridos, dependiendo de las condiciones de tiempo anuales. Las precipitaciones son moderadas y unos valores normales de humedad relativa.
Hay 3 rasgos de atracción climático-ambiental de este espacio para los grupos de personas mayores:
-Primaveras agradables, como estación del año con mayor atractivo climático.
-Recursos hídricos abundantes, garantía de suministro
-Recursos paisajísticos.
En gran parte del área transfronteriza de España y Portugal, ante los cambios en las condiciones climáticas en las próximas décadas, la potenciación de la estación de primavera como período de actividades para la población de mayores debería centrar los esfuerzos de las administraciones en relación con desplazamientos de ocio y turismo
Con vistas a la adaptación ante los cambios en las condiciones climáticas en las próximas décadas, la potenciación de la estación de primavera como período de actividades para la población de mayores debería centrar los esfuerzos de las administraciones en relación con desplazamientos de ocio y turismo (aprovechamiento de recursos paisajístico, además de los patrimoniales y culturales) que se puedan programar en este territorio.
BIBLIOGRAFÍA
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-OLCINA CANTOS, J.; VERA-REBOLLO, J.F. (2016b) "Climate change and tourism policy in Spain: Diagnosis in the Spanish mediterranean coast", Cuadernos de Turismo de la Universidad de Murcia, nº 38, 565-571.
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El colectivo de las personas mayores es especialmente susceptible a los temperos y al clima, en primer lugar, por un hecho biológico propio de la edad avanzada: la atenuación de ciertos mecanismos de termorregulación, tanto en tiempo muy cálido como en tiempo frío. En un adulto estos mecanismos fisiológicos, como la sudoración abundante y la vasodilatación, con tiempo caluroso, le permiten refrigerarse convenientemente para mantener su temperatura interna en los niveles propios de la especie humana, esto es, alrededor de unos 36,5ºC. Con la edad la sudoración disminuye, por lo que a la persona mayor puede costarle más eliminar el exceso de calor. Además, los mayores pierden un poco la sensación de sed, que es una alerta de nuestro organismo para hidratarnos cuando lo necesitamos. Por ello, es recomendable insistir y vigilar la correcta ingesta de agua y otros líquidos de las personas mayores. Igualmente, con tiempo frío conviene también cuidar que su vestimenta les proteja del frío. Sus cuerpos a menudo enjutos, la calvicie en los varones, etc. conllevan una pérdida de calor superior a la de las personas más jóvenes.
En un adulto ciertos mecanismos fisiológicos, como la sudoración abundante y la vasodilatación, con tiempo caluroso, le permiten refrigerarse convenientemente para mantener su temperatura interna en los niveles propios de la especie humana, esto es, alrededor de unos 36,5ºC
Además, las enfermedades crónicas o preexistentes de muchos de nuestros mayores se agravan cuando la temperatura es baja y el viento fuerte o, en el otro extremo, cuando la temperatura y la humedad relativa son altas. Sus cuerpos se debilitan bajo estas condiciones extremas y necesitan a menudo asistencia médica.
¿Piensas que el cambio climático va a afectar de forma más intensa a las personas mayores? ¿por qué?
El cambio climático va afectar de forma más intensa a la personas mayores; así lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS). El estrés por calor excesivo será cada vez más frecuente con el aumento inequívoco de la temperatura y la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor
La respuesta a la pregunta es, sin duda, afirmativa. Así lo señala la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). El estrés por calor excesivo será cada vez más frecuente con el aumento inequívoco de la temperatura y la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor. Ya se observa en el corazón de nuestras ciudades mediterráneas cómo aumenta la morbilidad y la mortalidad de las personas de edad avanzada que habitan los barrios centrales durante las olas de calor. Allí, en el corazón de las ciudades, al exceso de calor por causa del calentamiento global y, episódicamente, de las olas de calor, se añade de noche el calentamiento local producido por el fenómeno de la isla de calor, que es una modificación del clima por causa urbana. Esto da lugar a temperaturas mínimas muy elevadas que impiden un descanso reparador, sobre todo si las personas mayores habitan un piso alto, recalentado por la insolación en las largas jornadas de verano, y están en situación de pobreza energética, es decir, que no disponen de un aparato de aire acondicionado. Con tiempo extremo, al agravamiento de las enfermedades preexistentes de tipo cardiovascular, respiratorio, renal, etc., se añade, curiosamente, el de las mentales, dado que los afectados por ellas suelen autoprotegerse menos que la población general. También algunos tratamientos farmacológicos para estos enfermos pueden elevar la temperatura corporal, lo que es especialmente negativo en tiempo cálido.