Es necesario empoderar a los ciudadanos de más edad para que creen comunidades inclusivas y para que exijan cambios en la forma en que se prestan los servicios de atención a las personas de edad.
Las vidas de las personas de edad son ricas y diversas, pero esas experiencias suelen quedar desvalorizadas cuando utilizan los servicios de atención de las personas de edad. A pesar de la introducción de la atención dirigida al consumidor, los proveedores pueden no apoyar las opciones de las personas de edad ni fomentar su participación y conexión con las comunidades locales. Además, las personas de edad y sus aliados suelen carecer de los conocimientos y aptitudes necesarios para utilizar los servicios de atención de las personas de edad a fin de apoyar sus conexiones con su comunidad local.
La transición a una financiación más personalizada e individualizada ofrece importantes oportunidades a las personas de edad, sus aliados y los servicios que las apoyan, de pensar y actuar de manera diferente. En lugar de considerar el envejecimiento como un déficit, las personas mayores y sus aliados disponen de activos y recursos que pueden utilizarse para cambiar la vida de las personas. Algunos proyectos de investigación recientes e iniciativas comunitarias con y por personas mayores han compartido las experiencias vividas por las personas mayores y sus aliados para desafiar el envejecimiento y establecer conexiones en sus comunidades locales.
Creación de comunidades inclusivas
La potenciación de las personas para que envejezcan bien en su comunidad es una cuestión que afecta a toda la comunidad, y algunos proyectos trabajan para cuestionar las actitudes y provocar el cambio.
El movimiento mundial para crear Ciudades Amigas de las Personas de Edad, por ejemplo, se ocupa de rediseñar las ciudades para que incluyan a las personas de edad. En el Reino Unido, el proyecto del Instituto de Manchester para la Investigación Colaborativa sobre el Envejecimiento, 'Researching Age-Friendly Communities: Historias de personas mayores como coinvestigadores', reclutó a personas mayores como coinvestigadores para examinar el carácter favorable a la edad de Manchester. A través de este proceso, las personas mayores se politizaron y abogaron por mejorar el entorno construido así como las experiencias de las personas mayores que viven en Manchester. En lugar de ser sujetos pasivos, las personas mayores fueron coinvestigadores y participantes activos en el proceso.
Las personas mayores también se están organizando para crear sus propias estructuras para envejecer bien en su comunidad a través de iniciativas como el Waverton Hub. Se trata de una organización mutua de residentes de Waverton, Wollstonecraft y zonas vecinas de Sydney. Los miembros del centro se ayudan mutuamente a disfrutar de la vida y a vivir en sus casas y en la comunidad el mayor tiempo posible, a estar tan sanos como puedan, y a conseguirlo con el menor coste posible. El centro comenzó en 2012 con una docena de personas de la zona local, y a finales de abril de 2015 contaba con más de 300 miembros.
El Waverton Hub es un gran ejemplo de la utilización de las personas de la comunidad local y sus habilidades y conocimientos para crear conexiones comunitarias, y de la ayuda a las personas para envejecer bien a bajo coste. El centro funciona completamente al margen del sistema de atención a las personas de edad y es administrado por la comunidad para la comunidad.
Cambio de perspectivas
Las reformas en la atención a las personas de edad están poniendo en tela de juicio la forma en que se considera a las personas mayores y a sus aliados y se las involucra en el diseño y la prestación de sus apoyos. Existen oportunidades para que los organismos piensen de manera diferente y hagan participar a las personas mayores, sus comunidades y redes de manera diferente para que las personas envejezcan bien.
Quienes trabajan con personas mayores deberían ver las ricas historias y fortalezas de las mismas para que los servicios puedan diseñarse y prestarse en su interés. Del mismo modo, las personas mayores y sus aliados tienen que alzar la voz y organizarse colectivamente para exigir que los servicios de atención a las personas mayores se presten de manera diferente.