Los seres humanos son criaturas sociales. Nuestra conexión con los demás nos permite sobrevivir y prosperar. Sin embargo, a medida que envejecemos, muchos de nosotros estamos solos con más frecuencia que cuando éramos más jóvenes, lo que nos deja vulnerables al aislamiento social y a la soledad, así como a problemas de salud relacionados como el deterioro cognitivo, la depresión y las enfermedades cardíacas. Afortunadamente, hay maneras de contrarrestar estos efectos negativos.
1. El aislamiento de las personas mayores aumenta el riesgo de mortalidad.
Según varios estudios, tanto el aislamiento social como la soledad se asocian con un mayor riesgo de mortalidad en adultos mayores. Las personas que viven solas o que carecen de contactos sociales pueden estar en mayor riesgo de muerte si se desarrollan síntomas agudos debido a que hay una menor red de confidentes para recibir atención médica. Los investigadores afirman que los esfuerzos para reducir el aislamiento son la clave para abordar el problema de la mortalidad.
2. Los sentimientos de soledad pueden afectar negativamente la salud física y mental.
Independientemente de la razón detrás del aislamiento de una persona, las personas mayores que se sienten solas y aisladas son más propensas a reportar que también tienen una salud física y/o mental deficiente.Fomentar las conexiones sociales entre las personas mayores a través de los centros para personas mayores y los programas de entrega de comidas es una manera de combatir los sentimientos subjetivos de aislamiento.
3. El aislamiento social hace que las personas mayores sean más vulnerables al abuso y el maltrato de las personas mayores.
Evidencias muestran una conexión entre el aislamiento social y los índices más altos de abuso de ancianos. Los investigadores no están seguros de si los adultos aislados son más propensos a ser víctimas de abuso, o si son el resultado de que los abusadores intentan aislar a los mayores de los demás para minimizar el riesgo de ser descubiertos.
Una estrategia fundamental para reducir el abuso y el maltrato contra las personas mayores es hablar. Esto se debe a que el abuso, el abandono y la explotación a menudo no se denuncian. Mantener conexiones con los seres queridos de la tercera edad ayuda a garantizar su seguridad.
4. La soledad en los ancianos es un factor de riesgo importante para la depresión.
Numerosos estudios durante la última década han demostrado que la sensación de soledad se asocia con síntomas más depresivos tanto en adultos de mediana edad como en adultos mayores. Es fundamental reconocer esos sentimientos de soledad, aislamiento y depresión y buscar tratamiento. Esto es importante, ya sea en su nombre o en el de un ser querido.
5. La soledad causa presión arterial alta.
Un estudio en Psicología y Envejecimiento indicó una relación directa entre la soledad en los adultos mayores y el aumento de la presión arterial sistólica en el transcurso de 4 años. Estos aumentos fueron independientes de la etnia, género y otros posibles factores contribuyentes. Los investigadores sugieren que las intervenciones tempranas para la soledad pueden ser clave para prevenir tanto el aislamiento como los riesgos de salud asociados.
6. Las personas mayores socialmente aisladas son más pesimistas sobre el futuro.
Según el National Council on Aging, las personas mayores socialmente aisladas tienen más probabilidades de predecir que su calidad de vida empeorará en los próximos cinco a diez años, están más preocupadas por la necesidad de ayuda de los programas comunitarios a medida que envejecen y tienen más probabilidades de expresar su preocupación por el envejecimiento en el lugar. Los programas y servicios basados en la comunidad son críticos para ayudar a prevenir problemas potenciales y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
7. Los desafíos del transporte pueden llevar al aislamiento social.
Tener acceso a transporte público adecuado u otros servicios de transporte para personas de la tercera edad es clave para que las personas de la tercera edad tengan acceso a los programas y recursos, así como a sus sentimientos de conexión e independencia.
La esperanza de vida excede la esperanza de conducción segura después de los 70 años en unos seis años para los hombres y 10 años para las mujeres. Sin embargo, la gran mayoría de los adultos mayores no sienten que el apoyo de transporte en su comunidad sea adecuado.
8. Los cuidadores también están en riesgo de aislamiento social.
Ya sea que estés cuidando a un padre, cónyuge u otro pariente, ser un cuidador familiar es una enorme responsabilidad. Cuando esa persona tiene enfermedad de Alzheimer, demencia o un impedimento físico, el cuidador puede sentirse aún menos capaz de dejar de lado sus deberes de cuidado para asistir a eventos sociales que antes disfrutaba. Esto puede desencadenar la soledad y la depresión. Buscar apoyo, cuidarse a sí mismo e incluso buscar cuidado temporal de relevo puede ayudar a protegerse de la soledad del cuidador y restaurar su sentido de conexión.
9. La soledad puede ser contagiosa.
Los estudios han encontrado que la soledad tiende a propagarse de persona a persona debido a interacciones sociales negativas y otros factores. En otras palabras, cuando una persona se siente sola, es más probable que esa soledad se extienda a los amigos o contactos del individuo solitario. Además, la gente tiende a aislar aún más a otros que se sienten solos porque hemos evolucionado para evitar amenazas a nuestra cohesión social.
El simple hecho de decirles a los adultos mayores que participen en más actividades sociales puede no ser suficiente. Considerar las necesidades de nuestros seres queridos como individuos es un primer paso valioso para averiguar cómo prevenir o combatir el aislamiento.