La depresión es más que simplemente sentirse triste. Es un trastorno del estado de ánimo común pero grave que necesita tratamiento. Causa síntomas graves que afectan la forma en que te sientes, piensas y manejas las actividades diarias, como dormir, comer y trabajar.
Cuando tienes depresión, tienes problemas con la vida diaria durante semanas. Los médicos llaman a esta condición "trastorno depresivo" o "depresión clínica".
La depresión es una enfermedad real. No es una señal de la debilidad de una persona o un defecto de carácter. No se puede "salir de" la depresión clínica. La mayoría de las personas que experimentan depresión necesitan tratamiento para mejorar.
La depresión no es una parte normal del envejecimiento
La depresión es un problema común entre los adultos mayores, pero NO es una parte normal del envejecimiento. De hecho, los estudios muestran que la mayoría de los adultos mayores se sienten satisfechos con sus vidas, a pesar de tener más enfermedades o problemas físicos. Sin embargo, los cambios importantes en la vida que ocurren a medida que envejecemos pueden causar sentimientos de inquietud, estrés y tristeza.
Por ejemplo, la muerte de un ser querido, el cambio del trabajo a la jubilación o el tratamiento de una enfermedad grave pueden hacer que la gente se sienta triste o ansiosa. Después de un período de adaptación, muchos adultos mayores pueden recuperar su equilibrio emocional, pero otros no lo hacen y pueden desarrollar depresión.
Reconocer los síntomas de la depresión en adultos mayores
La depresión en los adultos mayores puede ser difícil de reconocer porque pueden mostrar síntomas diferentes a los de las personas más jóvenes. Para algunos adultos mayores con depresión, la tristeza no es su síntoma principal. Pueden tener otros síntomas de depresión menos obvios, o pueden no estar dispuestos a hablar de sus sentimientos. Por lo tanto, es menos probable que los médicos reconozcan que su paciente tiene depresión.
Algunas veces las personas mayores que están deprimidas parecen sentirse cansadas, tienen problemas para dormir o parecen gruñonas e irritables. Los problemas de confusión o de atención causados por la depresión a veces pueden parecerse a la enfermedad de Alzheimer u otros trastornos cerebrales. Los adultos mayores también pueden tener más afecciones médicas, como enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular o cáncer, que pueden causar síntomas depresivos. O pueden estar tomando medicamentos con efectos secundarios que contribuyen a la depresión.
Causas y factores de riesgo para la depresión
Varios factores, o una combinación de factores, pueden contribuir a la depresión.
Genes: las personas con antecedentes familiares de depresión tienen más probabilidades de desarrollarla que aquellas cuyas familias no tienen la enfermedad.
Historial personal: Los adultos mayores que tuvieron depresión cuando eran más jóvenes están en mayor riesgo de desarrollar depresión a una edad avanzada que aquellos que no tuvieron la enfermedad a una edad más temprana.
Química cerebral: las personas con depresión pueden tener una química cerebral diferente a las que no tienen la enfermedad.
Estrés: la pérdida de un ser querido, una relación difícil o cualquier situación estresante puede desencadenar la depresión.
Depresión Vascular
Para los adultos mayores que experimentan depresión por primera vez más tarde en la vida, la depresión puede estar relacionada con cambios que ocurren en el cerebro y el cuerpo a medida que la persona envejece. Por ejemplo, los adultos mayores pueden sufrir de flujo sanguíneo restringido, una condición llamada isquemia. Con el tiempo, los vasos sanguíneos pueden endurecerse e impedir que la sangre fluya normalmente a los órganos del cuerpo, incluido el cerebro.
Si esto sucede, un adulto mayor sin antecedentes familiares de depresión puede desarrollar lo que a veces se llama "depresión vascular". Las personas con depresión vascular también pueden estar en riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular u otra enfermedad vascular.
Síntomas comunes de la depresión
Hay muchos síntomas asociados con la depresión, y algunos variarán dependiendo del individuo. Sin embargo, algunos de los síntomas más comunes se enumeran a continuación:
Tratamientos para la depresión
La depresión, incluso la depresión grave, puede ser tratada. Si crees que puedes tener depresión, comienza con una cita para ver a tu médico o profesional de la salud. Este podría ser tu médico de cabecera o un proveedor que se especializa en diagnosticar y tratar condiciones de salud mental (un psicólogo o psiquiatra). Ciertos medicamentos y algunas condiciones médicas pueden causar los mismos síntomas que la depresión. Un médico puede descartar estas posibilidades realizando un examen físico, una entrevista y pruebas de laboratorio.
Las opciones de tratamiento difieren para cada persona, y a veces se deben intentar múltiples tratamientos para encontrar uno que funcione. Es importante seguir intentándolo hasta que encuentres algo que funcione para ti.
Cómo prevenir la depresión
¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de depresión? ¿Cómo puede la gente hacer frente a la situación? Hay algunos pasos que puedes dar. Trata de prepararte para cambios importantes en la vida, como la jubilación o la mudanza de tu hogar de muchos años. Manténte en contacto con la familia. Hazles saber cuando te sientas triste.
El ejercicio regular también puede ayudar a prevenir la depresión o a mejorar el estado de ánimo si estás deprimido. Elige algo que te guste hacer. Estar en buena forma física y consumir una dieta balanceada puede ayudar a evitar enfermedades que pueden causar discapacidad o depresión.