Introducción
Los cambios asociados con el envejecimiento pueden llevar a un compromiso del estado nutricional. La neofobia alimentaria o la resistencia a probar alimentos nuevos o diferentes puede ser un determinante importante de la elección de alimentos y limitar el cumplimiento de los planes dietéticos que pueden contribuir a mejorar la calidad general de la dieta.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio transversal cuantitativo y cualitativo, con recogida de datos mediante entrevistas semiestructuradas sobre hábitos alimentarios, estilo de vida y opinión sobre el consumo de determinados alimentos, en un grupo de personas mayores institucionalizadas y no institucionalizadas,
Resultados
Se reclutaron 55 participantes (60% mujeres), con edades comprendidas entre los 65 y los 90 años (M=75,7; DE=7,07), de los cuales 12 (22%) eran autónomos y no institucionalizados. Hubo una media diaria de 4,4 comidas (DE=0,9), estadísticamente mayor (p=0,038) en las mujeres (M=4,6; DE=0,9) que en los hombres (M=4; DE=0,8). El deseo de probar nuevos alimentos, como las bayas de goji, soja, las algas, la quinoa, el trigo sarraceno, el seitán o el tofu, es generalmente bajo, independientemente del sexo (p=0.415) o la edad (p=0.558).
Conclusiones
Los participantes generalmente tienen poco deseo de probar alimentos nuevos y "diferentes", aunque no los conozcan y nunca hayan tenido la oportunidad de probarlos. Se encontraron hábitos alimentarios neofóbicos tanto en las personas mayores institucionalizadas como en las no institucionalizadas. La monotonía alimentaria puede contribuir a la elección de alimentos que limitan la ingesta nutricional, por lo que es necesario tener en cuenta estos resultados a la hora de planificar acciones de educación alimentaria destinadas a mejorar la calidad de vida.