Los rápidos cambios demográficos están transformando las sociedades y los paisajes económicos. Este cambio demográfico conlleva grandes oportunidades, pero también nuevos retos. La necesidad de comprender las implicaciones económicas y sociales de este cambio es mayor que nunca. Esta comprensión es un requisito previo para beneficiarse plenamente de las nuevas oportunidades, como la creación de nuevos mercados a través de la innovación, así como para formular políticas públicas que aborden el envejecimiento. Al ser una de las "mayores tendencias que configuran la vida económica, social y política del siglo XXI", según el Foro Económico Mundial (FEM), este ámbito de investigación ha recibido una gran atención por parte de los responsables políticos, las organizaciones no gubernamentales, las empresas y los académicos por igual.
En 2014, una consulta de expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Coalición Mundial sobre el Envejecimiento (GCOA) sobre lo que se ha denominado "la economía de la longevidad" concluyó con una serie de recomendaciones clave. Entre ellas se encuentran: corregir los prejuicios sobre el envejecimiento, aprovechar la tecnología para construir nuevos mercados, crear nuevos modelos de financiación, introducir nuevos modelos flexibles de carreras y pensiones, y promover el emprendimiento social para aprovechar las oportunidades de la economía de la longevidad. El FEM afirma que "el envejecimiento de la población puede ser, con el marco estratégico adecuado, un motor de mercado sumamente poderoso".
El Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE) ha encomendado la realización de un estudio a Oxford Economics, en el que colabora la Universidad de Salamanca, para analizar el impacto socioeconómico y el importante valor de la economía de la longevidad en España. A medida que la demografía siga cambiando, la cohorte de mayores de 50 años desempeñará un papel cada vez más importante en la economía. En 2050, se prevé que los mayores de 50 años representen la mitad de la población española, según las proyecciones del Banco Mundial y las Naciones Unidas. Por ello, comprender el valor que aporta la economía de la longevidad tendrá importantes implicaciones para la elaboración de políticas y la toma de decisiones empresariales en España.
El estudio mide las contribuciones de la economía de la longevidad a través de tres canales. El primero de ellos es una evaluación del impacto socioeconómico del gasto de los mayores de 50 años residentes en España. Esta evaluación cuantifica el valor de la actividad económica (medido en Producto Interior Bruto), el empleo y los ingresos fiscales en España que se apoyan en el gasto de los mayores de 50 años.
El segundo canal de impacto que se examina en esta investigación serán las contribuciones socioeconómicas de los visitantes mayores de 50 años a España.
Por último, el estudio analiza el papel de los mayores de 50 años en el mercado laboral en España. La investigación examina las características específicas de este grupo demográfico en la mano de obra, como sus ingresos, niveles de cualificación, papel dentro de las diferentes industrias, ocupaciones y niveles de productividad.